Loomio
Thu 9 Apr 2015 2:40PM

LA DELGADA LINEA ROJA. Por Alberto Mussons.

C Coordinador Public Seen by 176

La serpiente y el hacha (I)
¿Democracia participativa?
A diferencia del Pueblo francés que hizo la revolución en 1789 una gran parte de la
militancia en PODEMOS no quiere solo pan, también tiene hambre de principios.
Necesitan confianza en sí mismos porque no creen que el ejercicio del libre albedrío
y de la democracia participativa sea tan solo un derecho susceptible de ser
estatalizado e incluido en una Constitución para ingenuos pactada por listillos.
Hace más de medio siglo que Euskadi es como una jaula de grillos, donde cada cual
tiene una brújula que señala un Norte distinto. El ciudadano medio recibe
diariamente un sinfín de estímulos vacuos donde sólo halla ideas reduccionistas que
pretenden simplificar los problemas de forma tramposa, ofreciendo soluciones
sesgadas o equívocas. El ciudadano sabe qué es lo que no funciona, aunque algunos
pretendan confundirle con ideas absurdas para impedirle atisbar las que debería. Y
esa desinformación, unida a la falta de foros de debate y su incapacidad para
gestionar lo público le conduce siempre al mismo resultado: tener que delegar la
gobernanza.
En el pensamiento libre de la democracia participativa en que están basados los
Círculos en PODEMOS, el contraste de ideas y la crítica constructiva nunca se
fundamentan en la repetición insistente de las viejas y caducas consignas
autocrático-proletarias patrocinadas por arribistas e iluminados que lo único que
consiguen es fomentar la desunión endémica y la protesta en las formaciones de la
izquierda democrática, al pretender que las decisiones se proyecten desde el
aparato del Partido, trasladándolas a las bases no a través de los Círculos sino a
través de la disciplina interna, haciendo buenos los tiempos aciagos en que la
militancia era considerada y tratada como un peligroso rebaño de discapacitados
intelectuales que solo deben ser informados a través de la Prensa.

Los partidos y elementos "cleptócratas" que de forma más o menos patente vienen
parasitando los Círculos de PODEMOS y anulando la Asamblea Ciudadana en los tres
herrialdes, principalmente en sus núcleos urbanos más importantes, han puesto de
manifiesto su activismo residual de corte trotskista así cómo el afán enfermizo de
algunos de sus miembros por copar cargos de responsabilidad, utilizando métodos y
técnicas de comisariato político ya conocidas y denunciadas por la militancia de la
izquierda democrática desde los tiempos de la Segunda Internacional.

La doble o triple militancia de gran parte de los cargos ocupados en los principales
Consejos Ciudadanos ha sido la constante, al haber logrado invertir mediante listas
previamente pactadas en nuestra autonomía la aplastante intención de voto (80-20)
del resto del Estado. Ello ha propiciado que la presión y el rechazo popular de las
bases (ahora llamadas críticas) hayan hecho que las formaciones sustentadoras de
este tipo de ideologías extremistas hayan tenido que mimetizarse y “enterrar el
hacha” tras haber copado el Aparato; aunque la serpiente siga reptando.
Por si lo antedicho no bastase, nuestro flamante Consejo Autonómico elegido por
“sufragio popular" del 28% de los inscritos en PODEMOS con un diferencial de un
5% (Algo más de 100 votos) sobre la segunda formación más votada, gobierna "manu
militari" a las órdenes de los dictados de Madrid.
A su entender, son las utopías y no las sociedades libres las que han de formar los
estados-nación. De lo que se deduce que para ellos los seres humanos somos como
plantas exóticas que solo florecen en algunos lugares y bajo determinadas
condiciones ambientales. Conviene recordar que los proyectos de ingeniería social
utópica en los cuales pretenden encasillar a PODEMOS siempre han concluido en
fracaso, por lo que sería de agradecer que en pleno siglo XXI los y las que hemos
elegido convivir en PODEMOS y no en otro partido a la vieja usanza, no tuviéramos
que comprobarlo de nuevo.
La solución no llegará de la mano de quienes desprecian o ningunean al disidente y
pugnan entre sí por conservar su miserable cuota de poder local en un sistema en
que los gurús de turno dirigen el comportamiento electoral a través de afines y
cipayos para asegurarse los votos necesarios. Porque es en ese limbo de arribistas
faltos de ideología y principios éticos donde reptan los reptiles y medran los trepas.
Los intentos por recuperar la cordura y la esencia de PODEMOS tan solo son
posibles hoy desde los Círculos donde a pesar del desánimo y la premeditada
descoordinación inducida aún cohabitan aquellos y aquellas que en su día entendieron
que allí estaba la esencia participativa. Y para poder seguir practicándola es

IMPRESCINDIBLE que esos Círculos logren comunicarse entre sí de forma directa y
efectiva, sin comisarías o comisarios políticos que actúen como intermediarios.
En el seno de una sociedad civil desarticulada, que casi siempre sucumbe ante el
ruido de unos medios de información manipulados, que abrumados por el peso de sus
deudas deambulan de un lado a otro del espectro político vendiendo sus servicios al
mejor postor, son en la práctica estas plataformas cívicas compuestas en su mayoría
por miembros con sensibilidades ajenas al aparato que los pretende dirigir, las
llamadas a presentar o recomendar a sus propios candidatos=as para cubrir puestos
y cargos por esencia independientes como pueden serlo los Comités de Garantías, en
contraposición a los que tratan de convertir esas plataformas en un teatro de guiñol
mientras nos brindan torpes prédicas sobre escapismo, apañados números de
prestidigitación política o patéticas faenas de toreo de salón en presencia de
padrinos y decorados seudo académicos de cartón-piedra.
El debate político fundamentado en ideas ha sido sustituido por la escenificación de
un conflicto impostado por grupos absolutistas que repiten sin cesar frases
altisonantes sin significado esencial, conducentes a aflorar los entusiasmos de la
militancia emocional del indignado, a impulsar la adhesión instintiva y animar al
enfrentamiento con los seguidores de la facción rival. Cuanto más intenso pueda
percibirse el conflicto y conseguir su polarización en alguien determinado
previamente que pueda hacerles sombra (y todos sabemos quién es ese alguien), más
probable será que los sujetos reflejen comportamientos grupales de rechazo,
conduciendo a los individuos a la condición de masa.
Al parecer nadie tiene el coraje de reconocer la verdad y sentarse en una mesa
común para encontrar y ofrecer soluciones y hacer buena la frase de mi abuela
cuando decía: "Si buscas una mano dispuesta a ayudarte, la encontrarás al final de tu
brazo".
Alberto Mussons.

C

Coordinador Thu 9 Apr 2015 3:05PM

Esta carta esta copiada de la pagina de facebook "Demokraziari Bai"

J

jesus Thu 9 Apr 2015 3:47PM

Hola Alberto, no tengo el honor de conocerte, pues en los círculos donde yo me muevo, creo que somos personas sencillas que nada tienen que ver contigo.

Tu escrito, muy bien redactado, pienso que retrata a una persona culta y con una preparación académica de nivel.

Honestamente, no me inspiras ninguna confianza y con los calificativos que has utilizado, me has hecho sentir, que excepto tú, el resto somos.........Serpientes, Ingenuos,Listillos,Tramposos,Arribistas,Iluminados,Rebaño de Discapacitados,Gurus,Cipayos,Absolutistas etc. etc.

En mis veinte años como representante de Panrico de los vendedores autónomos, no he hecho mas que amigos y he sido muy respetado como rival por la empresa.

Con aciertos y fracasos, siempre me he dedicado a construir y entender al que no piensa como yo...........pero tú, sólo destruyes y insultas..

Nos juzgas subido a un pedestal, mirandonos de arriba a abajo, como si fuéramos unos pobres diablos.

Tengo curiosidad por ver tu capacidad de mejorar Podemos y eliminar toda la basura que somos la mayoría.

Un saludo....

LA DELGADA LINEA ROJA. Por Alberto Mussons.

La serpiente y el hacha (I)

¿Democracia participativa?

A diferencia del Pueblo francés que hizo la revolución en 1789 una gran parte de la

militancia en PODEMOS no quiere solo pan, también tiene hambre de principios.

Necesitan confianza en sí mismos porque no creen que el ejercicio del libre albedrío

y de la democracia participativa sea tan solo un derecho susceptible de ser

estatalizado e incluido en una Constitución para ingenuos pactada por listillos.

Hace más de medio siglo que Euskadi es como una jaula de grillos, donde cada cual

tiene una brújula que señala un Norte distinto. El ciudadano medio recibe

diariamente un sinfín de estímulos vacuos donde sólo halla ideas reduccionistas que

pretenden simplificar los problemas de forma tramposa, ofreciendo soluciones

sesgadas o equívocas. El ciudadano sabe qué es lo que no funciona, aunque algunos

pretendan confundirle con ideas absurdas para impedirle atisbar las que debería. Y

esa desinformación, unida a la falta de foros de debate y su incapacidad para

gestionar lo público le conduce siempre al mismo resultado: tener que delegar la

gobernanza.

En el pensamiento libre de la democracia participativa en que están basados los

Círculos en PODEMOS, el contraste de ideas y la crítica constructiva nunca se

fundamentan en la repetición insistente de las viejas y caducas consignas

autocrático-proletarias patrocinadas por arribistas e iluminados que lo único que

consiguen es fomentar la desunión endémica y la protesta en las formaciones de la

izquierda democrática, al pretender que las decisiones se proyecten desde el

aparato del Partido, trasladándolas a las bases no a través de los Círculos sino a

través de la disciplina interna, haciendo buenos los tiempos aciagos en que la

militancia era considerada y tratada como un peligroso rebaño de discapacitados

intelectuales que solo deben ser informados a través de la Prensa..

Los partidos y elementos “cleptócratas” que de forma más o menos patente vienen

parasitando los Círculos de PODEMOS y anulando la Asamblea Ciudadana en los tres

herrialdes, principalmente en sus núcleos urbanos más importantes, han puesto de

manifiesto su activismo residual de corte trotskista así cómo el afán enfermizo de

algunos de sus miembros por copar cargos de responsabilidad, utilizando métodos y

técnicas de comisariato político ya conocidas y denunciadas por la militancia de la

izquierda democrática desde los tiempos de la Segunda Internacional.

La doble o triple militancia de gran parte de los cargos ocupados en los principales

Consejos Ciudadanos ha sido la constante, al haber logrado invertir mediante listas

previamente pactadas en nuestra autonomía la aplastante intención de voto (80-20)

del resto del Estado. Ello ha propiciado que la presión y el rechazo popular de las

bases (ahora llamadas críticas) hayan hecho que las formaciones sustentadoras de

este tipo de ideologías extremistas hayan tenido que mimetizarse y “enterrar el

hacha” tras haber copado el Aparato; aunque la serpiente siga reptando.

Por si lo antedicho no bastase, nuestro flamante Consejo Autonómico elegido por

“sufragio popular" del 28% de los inscritos en PODEMOS con un diferencial de un

5% (Algo más de 100 votos) sobre la segunda formación más votada, gobierna “manu

militari” a las órdenes de los dictados de Madrid.

A su entender, son las utopías y no las sociedades libres las que han de formar los

estados-nación. De lo que se deduce que para ellos los seres humanos somos como

plantas exóticas que solo florecen en algunos lugares y bajo determinadas

condiciones ambientales. Conviene recordar que los proyectos de ingeniería social

utópica en los cuales pretenden encasillar a PODEMOS siempre han concluido en

fracaso, por lo que sería de agradecer que en pleno siglo XXI los y las que hemos

elegido convivir en PODEMOS y no en otro partido a la vieja usanza, no tuviéramos

que comprobarlo de nuevo.

La solución no llegará de la mano de quienes desprecian o ningunean al disidente y

pugnan entre sí por conservar su miserable cuota de poder local en un sistema en

que los gurús de turno dirigen el comportamiento electoral a través de afines y

cipayos para asegurarse los votos necesarios. Porque es en ese limbo de arribistas

faltos de ideología y principios éticos donde reptan los reptiles y medran los trepas.

Los intentos por recuperar la cordura y la esencia de PODEMOS tan solo son

posibles hoy desde los Círculos donde a pesar del desánimo y la premeditada

descoordinación inducida aún cohabitan aquellos y aquellas que en su día entendieron

que allí estaba la esencia participativa. Y para poder seguir practicándola es

IMPRESCINDIBLE que esos Círculos logren comunicarse entre sí de forma directa y

efectiva, sin comisarías o comisarios políticos que actúen como intermediarios.

En el seno de una sociedad civil desarticulada, que casi siempre sucumbe ante el

ruido de unos medios de información manipulados, que abrumados por el peso de sus

deudas deambulan de un lado a otro del espectro político vendiendo sus servicios al

mejor postor, son en la práctica estas plataformas cívicas compuestas en su mayoría

por miembros con sensibilidades ajenas al aparato que los pretende dirigir, las

llamadas a presentar o recomendar a sus propios candidatos=as para cubrir puestos

y cargos por esencia independientes como pueden serlo los Comités de Garantías, en

contraposición a los que tratan de convertir esas plataformas en un teatro de guiñol

mientras nos brindan torpes prédicas sobre escapismo, apañados números de

prestidigitación política o patéticas faenas de toreo de salón en presencia de

padrinos y decorados seudo académicos de cartón-piedra.

El debate político fundamentado en ideas ha sido sustituido por la escenificación de

un conflicto impostado por grupos absolutistas que repiten sin cesar frases

altisonantes sin significado esencial, conducentes a aflorar los entusiasmos de la

militancia emocional del indignado, a impulsar la adhesión instintiva y animar al

enfrentamiento con los seguidores de la facción rival. Cuanto más intenso pueda

percibirse el conflicto y conseguir su polarización en alguien determinado

previamente que pueda hacerles sombra (y todos sabemos quién es ese alguien), más

probable será que los sujetos reflejen comportamientos grupales de rechazo,

conduciendo a los individuos a la condición de masa.

Al parecer nadie tiene el coraje de reconocer la verdad y sentarse en una mesa

común para encontrar y ofrecer soluciones y hacer buena la frase de mi abuela

cuando decía: “Si buscas una mano dispuesta a ayudarte, la encontrarás al final de tu

brazo”.

Alberto Mussons.

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