TEORÍA 02: Procesos y Estructuras de Grupo

Vamos a examinar con un poco más de detalle lo que ocurre dentro de un grupo: interacciones, procesos, estructuras. Estas interacciones, procesos y estructuras pueden ser de tres tipos: comunicativas, posicionales y normativas.

PERSONAS E INTERACCIONES

Normalmente, los miembros de un grupo son personas que interactúan cara a cara. Por eso los grupos han de ser pequeños: porque es vital que los miembros interactúen entre sí —todos con todos— con suficiente frecuencia. A medida que el número de personas aumenta, la cantidad y la calidad de las interacciones decae, y el grupo se debilita, pierde potencia.

La experiencia nos muestra que un número adecuado de miembros puede oscilar entre 6 y 18 (12 es una buena media). Si se junta más gente, hay que hacer subgrupos para garantizar la fluidez de las interacciones, y si se junta menos (2, 3, 4 personas...), se desaprovechan los recursos y la diversidad que proporcionan los grupos mayores.

Pero ¿es posible formar un grupo online, simplemente mediante comunicación escrita, sin aprovecharnos de la potencia emocional de la comunicación no verbal? Bueno, puede ser todo un desafío, pero sí. Estos mensajes escritos son interacciones, y detrás de estas interacciones sigue habiendo personas de carne y hueso, por lo tanto podemos formar un grupo. Y los procesos y estructuras de este grupo van a ser básicamente los mismos de cualquier grupo. Lo que aprendamos aquí, nos va a resultar útil para aplicarlo en cualquier otro grupo presencial o virtual.

Simplemente tendremos que aguzar el ingenio y ser más creativos para adaptarnos a las limitaciones de este medio (y aprovechar también sus ventajas: no hay limitaciones de tiempo y lugar). De la misma manera que hay personas que no se acaban de acostumbrar a leer un libro electrónico, y necesitan "oler" las páginas de un libro, también hay personas que necesitan hablar teniendo al interlocutor delante y mirándole a los ojos. O quizás les cueste expresarse por escrito. Por el contrario, habrá otras personas que se expresen pésimamente de forma oral y estupendamente de forma escrita, y lo prefieran... Y habrá personas que se adapten bien a cualquier medio. Todo depende un poco de las habilidades y predisposiciones personales. Y todo se puede aprender.

El caso es que sigue habiendo personas e interacciones, y por lo tanto, sigue siendo válido todo lo dicho con referencia al número ideal de miembros. Por eso hacemos grupos de 12 personas (mas o menos).

LA TRIPLE ESTRUCTURA DEL GRUPO

Lo primero que hay que saber es que para formar un grupo necesitamos construir una triple estructura: comunicativa, posicional y normativa. Esto puede que, de momento, no nos diga nada, pero es bueno tenerlo presente desde el principio: nuestro objetivo principal consistirá en aprender a construir esta triple estructura.

No existe ningún grupo que carezca de esta triple estructura y lo bien o mal que un grupo funcione dependerá de lo bien o mal que construya su estructura. Por lo tanto, enseguida vamos a estar todos muy familiarizados con los conceptos de comunicación, posición y normas.

¿Y cuánto se tarda en crear la estructura? Desde que el grupo nace hasta que el grupo muere está creando estructura, pero es cierto que al principio hay un periodo de formación en el que el grupo está poco estructurado y es más probable que aborte, que no llegue a cuajar, que fracase en su intento de crear estructura. Si consigue superar esta etapa con éxito, pasa a una fase de estabilidad y permanencia, aunque no exenta, afortunadamente, de crisis y problemas a los que tendrá que ir haciendo frente para seguir creciendo y evolucionando.

Con el crecimiento de los grupos pasa como con el crecimiento de las personas: cada persona o cada grupo es un mundo. Algunos niños van con retraso y luego adelantan que es una barbaridad; otros son precoces… Lo mejor es que nos pongamos manos a la obra. Es decir, que empecemos a comunicarnos. ¡Todas y todos! Que un líder tenga que tirar del grupo es mortífero para el grupo, pues cuando el líder se canse o simplemente se vaya, el grupo se derrumbará. Si hay dos o tres líderes, tampoco es bueno, pues puede que se pongan a competir entre sí, arrastrando al grupo a sus batallas personales. Lo ideal es el liderazgo compartido propio de un grupo igualitario. El grupo, lo queramos o no, para bien o para mal, lo tenemos que construir entre todos/as. No hay otra. Porque el grupo somos todos/as. Y lo vamos a construir comunicándonos. Interaccionando.

Se empieza por la comunicación

A medida que nos vamos comunicando, vamos creando una estructura comunicativa que facilita los procesos de comunicación. Y son estas interacciones las que van labrando las normas y también nuestra posición en el grupo, que debe ser una posición igualitaria, y que deben ser unas normas construidas de forma igualitaria.

Normas

La existencia de normas es lo que más revela si un grupo tiene estructura (organización) o no. Las normas son necesarias, facilitan y automatizan los procesos (el funcionamiento del grupo). Imagina que mil personas se disponen a construir una ciudad en lo que, de momento, solo es un bosque. Llega la noche, y ni siquiera saben dónde dormir. Hay ausencia total de normas, todo está por hacer y es un caos. Pero luego empiezan a construirse los edificios, las carreteras, los caminos, los puentes, las escuelas, los hospitales… Te enfermas y sabes dónde ir y lo que tienes que hacer… Hay normas. Estructura. Organización.

Posición

Y con la comunicación obtienes también una posición en el grupo. La posición incluye un papel o función, y también un valor o estatus. Debe quedar claro desde el principio que vamos a seguir un modelo o enfoque basado en las relaciones igualitarias. Vamos a formar un grupo igualitario. Esto quiere decir que nuestro ideal (la utopía que perseguimos) será alcanzar todos/as el máximo estatus, el máximo liderazgo. Si graduamos la posición en una escala de 0 a 10, tenemos que poner el ojo en el “sobresaliente” (10). (Por eso este va a ser un Grupo 10, y también porque va a funcionar OK y a construir una estructura excelente). Vamos a aprender a alcanzar la máxima posición, para que no haya nadie imprescindible, pero para que todos/as aportemos el máximo valor al grupo. Ojalá cada uno/a de nosotros/as pueda convertirse en monitor e iniciar la formación de otro grupo de 12 personas, que a su vez se conviertan en monitores que inicien otros grupos...

Comunicación, posición y normas

Todo va muy despacio, como a cámara lenta. Lo que se manifiesta en la conducta del grupo son los procesos (procesos comunicacionales, posicionales, normativos, y, a menudo, todos ellos juntos). Y eso es lo que vamos a aprender: los procesos o cadenas de interacciones. Pero a medida que van siendo aprendidos y optimizados los procesos, se va creando una estructura que va facilitando la ejecución y el aprendizaje de nuevos procesos. De esta manera, la estructura hace posible el funcionamiento eficaz y eficiente del grupo.

LA POTENCIA DEL GRUPO

Los grupos pueden ser las herramientas más poderosas de la transformación social. Son máquinas potentes, pero si no sabes manejarlos, pueden ser tan peligrosos como un coche de carreras pilotado por un niño. Por otra parte, un grupo —para que funcione bien— debe ser pilotado coordinadamente por todos sus integrantes. Todos sus miembros deben saber pilotar el aparato.

Para que un grupo funcione bien, sus integrantes deben dominar los procesos y las estructuras que tienen lugar en un grupo. Si no dominas esto, no vas a participar en los grupos, no vas a participar en asambleas, no vas a participar en la construcción de tu sociedad. Y si participas, vas a tener que dejar que otros te lleven a donde no quieres ir, o incluso vas a tener que permitir que te estrellen.

Por desconocimiento e impericia de los procesos grupales, muchas cosas pueden salir mal. Por eso conviene aprender todos estos procesos en un entorno seguro, como es el grupo-taller o grupo de formación o grupo de aprendizaje.

Procesos de RELACIÓN y procesos de TAREA.

Los procesos de relación sirven para comunicarnos, para compartir con otras personas lo que pensamos, sentimos o hacemos. Los procesos de tarea sirven para alcanzar metas y objetivos concretos, medibles y evaluables.

En los GRUPOS PRIMARIOS (la familia, la pandilla, los amigos…) predominan los procesos de relación. En los GRUPOS SECUNDARIOS (la clase, el equipo, los compañeros de trabajo…) predominan los procesos de tarea. Se considera que si un grupo se centra en la tarea, debe dejar a un lado la relación para no perder eficacia; y que si un grupo se centra en la relación no va a poder ser eficiente en la resolución de tareas. Pero ambos tipos de procesos (relación y tarea) son fundamentales para que un grupo funcione óptimamente. Hay que encontrar el equilibrio entre ambos tipos de procesos. Si descuidamos uno de ellos, el grupo está cojo. La fortaleza de un grupo no se alcanza sin potenciar los dos.

Al principio, el aprendizaje está centrado en la relación, y solamente cuando ésta ha alcanzado un grado de estabilidad y madurez suficiente se comienza el aprendizaje de los procesos de tarea. Los grupos que se lanzan precipitadamente a los procesos de tarea suelen fracasar por no saber solventar los conflictos derivados de los procesos de relación (no saben comunicarse, llegar a acuerdos, tomar decisiones, intercambiar papeles o resolver conflictos. Por lo tanto, no hay verdadera cohesión de grupo, y el grupo se rompe en cuanto surgen las primeras tensiones).

Una vez que el grupo aprende a controlar los procesos de relación, los procesos de tarea adquieren una importancia cada vez mayor. Un grupo bien cohesionado y maduro no pierde tanto tiempo en analizar sus sentimientos o la forma de comunicarse, ya que todo esto lo controla bien y puede concentrarse eficazmente en la realización de procedimientos, tareas y proyectos.

COMUNICACIÓN, POSICIÓN y NORMA

Conforme el grupo interactúa y aprende, se va creando una triple estructura comunicacional, posicional y normativa que va facilitando progresivamente los procesos, agilizándolos, potenciándolos, optimizándolos, permitiendo que se alcancen experiencias mucho más placenteras, gratificantes y efectivas.

Se empieza —antes incluso de que exista ningún tipo de estructura— con las interacciones básicas: Pedir y Dar, Aceptar y Rechazar. Son conductas objetivas que pueden observarse, registrarse y medirse. Se dedica mucho tiempo y muchas experiencias a familiarizarse con ellas y a dominarlas. Estas interacciones básicas van a sustentar toda la estructura del grupo.

Se observa luego cómo dichas interacciones van conformando procesos de relación y de tarea, centrando nuestra atención en cuatro tipos de procesos: Pedir, Dar, Aceptar y Rechazar la relación, y Pedir, Dar, Aceptar y Rechazar la tarea. Estas siguen siendo conductas observables y registrables que van a ir creando la triple estructura comunicacional, posicional y normativa.

Los procesos son cadenas de interacciones. Nos permiten ir delimitando una estructura comunicacional (cómo Pedimos y Damos, Aceptamos y Rechazamos la relación y la tarea) y una estructura posicional (quién Pide y Da, quién Recibe y Rechaza la relación y la tarea.)

Las estructuras son procesos sistematizados. La sistematización o estandarización de los procesos se realiza automáticamente conforme avanza el aprendizaje a través de las experiencias y el surgimiento de las normas.

Los procesos son cadenas de conductas que fluyen de forma espontánea, mientras que las estructuras son sistemas, es decir, conductas que se han estandarizado en gran parte, que se pueden realizar de forma automática y previsible.

Ensayando o entrenando una y otra vez los procesos de comunicación, posición y norma vamos construyendo una estructura comunicativa, posicional y normativa, sin la cual no puede funcionar el grupo.

Sólo conociendo cómo funcionan las estructuras y los procesos de grupo podemos comenzar a tomar las riendas de nuestra propia construcción como personas y como grupo. Solo entonces podremos comprender cómo el sistema de vida actual nos impide construirnos y bloquea y frena nuestro crecimiento. Solo entonces podremos avistar que otro mundo es posible, que el cambio es posible.