A reflexión...

El documento de Principios Éticos me parece absolutamente necesario, si bien en él se distinguen dos partes diferenciadas los puntos I a VIII responden a principios morales, éticos, de integridad personal e integridad de grupo, absolutamente necesarios como colectivo, pero el punto IX conecta con el que para mí es el principal nexo de unión de la mayoría de nuestra sociedad civil en la actualidad, la necesidad de una regeneración profunda de la forma de hacer política que devuelva de manera efectiva la soberanía popular al pueblo.

El acabar con tanta corrupción, clientelismo, trato de favor, abuso de poder y dedocracia a todos los niveles y en todos los órdenes de la administración. Aquí entonces estamos hablando de otra cosa, hablamos de modificaciones legislativas expresas, que garanticen ese cambio bajo el peso de nuestro ordenamiento jurídico. Cuando hablamos de la Declaración universal de los derechos humanos, no recordamos que en el art.10.2 de la constitución ya se dice que los derechos fundamentales y las libertades que en ella se recogen se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos, pero aquí todo el mundo se lo ha saltado a la torera.

Si hablamos de desprofesionalización de la política, quizás cabria en principios éticos, pero si hablamos de limitar a 8 los años de ejercicio de un cargo electo, estamos refiriéndonos a una reforma legislativa.

Si hablamos de ejemplaridad de los políticos ante la justicia estaríamos en lo primero, pero si hablamos de inhabilitación de por vida ante una sentencia firme no recurrible superior a 3 años es reforma legislativa.

Yo creo que los ciudadanos reclaman sobretodo el compromiso de esas reformas legislativas, reclaman ese cuarto documento. Por ello, me parece importante separar el documento que hace referencia a los principios éticos del que yo me permito identificar como “Mecanismos para la regeneración política” y que se refiere al compromiso de luchar para modificar las leyes y así exigir una responsabilidad jurídica de todos los políticos en el ejercicio de sus cargos.

PRINCIPIOS PARA LA REGENERACIÓN POLÍTICA

Desprofesionalización de la política.
El político electo no puede convertirse en un profesional de la política. Hay que acabar con políticos con 20 o 30 años de ejercicio a sus espaldas. Una persona puede estar toda su vida afiliado a un partido político, pero si sale elegido ocupando un cargo público no podrá acumular más de ocho años de ejercicio y con posterioridad deberá reincorporarse a la que fue su actividad anterior y se jubilará cuando le corresponda, sin privilegios fruto de su paso por la política.

Retribución suficiente pero pública y conocida. El político electo tiene que ser remunerado en base a una tabla salarial establecida acorde a sus responsabilidades pero pública y conocida y sometida al IPC. A su vez el elegido asume el compromiso de presentar públicamente una declaración de bienes al inicio y al final de su mandato.

Dedicación exclusiva. El político electo tiene que poner a disposición del ejercicio del cargo todas sus habilidades en su tiempo laboral. No es de recibo que una misma persona salga elegida para ocupar diversos cargos públicos, en diferentes convocatorias electorales Que se conozca, solo 33 de los 350 diputados del Congreso tienen dedicación exclusiva Parlament Catalunya: 135 escaños de ellos 53 son cargos municipales 40%, de ellos 22 son alcaldes.

La política al servicio del pueblo. La principal ocupación del político debe ser escuchar las necesidades que marque la sociedad en todo momento y buscar el cauce más adecuado para darles solución. El político no tiene un cheque en blanco para decidir durante cuatro años donde se sitúa el interés general, es la ciudadanía quien debe marcar día a día las necesidades y el político tratar de resolverlas.

Compromiso. Los programas electorales deben dejar de ser simples declaraciones de intenciones, para convertirse en un compromiso real en la medida que permitan los resultados electorales de cada fuerza política. Se han de habilitar mecanismos de participación para que la ciudadanía pueda hacer un seguimiento permanente del grado de cumplimiento del programa.

Transparencia - Agendas abiertas. La actividad de los cargos electos tiene que ser pública y conocida. El ciudadano tiene que conocer de primera mano el tiempo que los políticos dedican a defender los intereses del pueblo, y el momento y lugar en que esa actividad se produce.

Revocabilidad permanente de los cargos electos, mediante la definición de mayorías ciudadanas claras que puedan poner en marcha Iniciativas de Restitución Democrática, ante supuestos que vulneren de manera evidente el código ético o los principios para la regeneración política. Rendición de cuentas públicamente cada año. Las entidades vecinales, los movimientos sociales y la ciudadanía han de disponer de herramientas de participación ciudadana que les permitan evaluar públicamente la labor de los políticos en su ámbito de influencia.

Fin de las puertas rotatorias. El político electo al finalizar su mandato y durante un periodo de entre 5 y 10 años no podrá incorporarse a cargos de responsabilidad en la empresa privada que tuvieran relación directa con su anterior ejercicio en un cargo público. Renuncia expresa del político a disfrutar de cualquier privilegio jurídico o material derivado de forma directa de su condición pasada o presente de representante electo de la ciudadanía.

Comportamiento objetivo. El cargo electo debe comprometerse a inhibirse o abstenerse de participar en cualquier decisión que pueda reportarle beneficios en sus actividades económicas particulares o en su patrimonio personal o familiar, presente o futuro.

Ejemplaridad. El político electo incurso en un procedimiento penal con una demanda de pena superior a tres años deberá abandonar temporalmente su cargo a partir del momento en que se le abra juicio oral. En caso que finalmente fuere condenado en sentencia firme no recurrible, se considerará inhabilitado de por vida para ocupar cargos públicos.

Código Penal Participación ciudadana como base para la regeneración de la democracia El ciudadano debe ocupar de manera habitual un protagonismo activo en la toma de decisiones políticas de los diferentes ámbitos. Presupuestos participativos, consultas populares, consejos asamblearios de barrio y consejos sectoriales han de garantizar la capacidad ciudadana de intervenir en las decisiones de gobierno. Las Iniciativas Legislativas Populares tienen que tener asegurado un marco democrático que garantice su aplicabilidad.

Ver – esta colgado en Plaza.Podemos Principios Éticos

Tony Mateo