Teniendo en cuenta las demandas y comentarios generados en 24 horas aquí y en Plaza, y basándome en mi propia experiencia personal, en el momento en que llegué al Círculo y en lo abiertas o cerradas que pudieron resultarme sus asambleas, he dado vueltas a los motivos por los que acudir a una reunión por primera vez puede frustrar a mucha gente y/o provocar falta de interés para volver a hacerlo y/o seguir participando. Me gustaría abrir este hilo de discusión para poder después lanzar algunas propuestas. Vaya por delante mi respaldo y apoyo a tod@s los que os estáis currando el tema y, por favor, tómese todo el mundo como algo constructivo lo que voy a exponer (y siempre desde mi opinión personal).
Los miembros del Círculo AlcoSanse que lleváis más tiempo, o que lleváis desde que se formó, sois personas, aparentemente, acostumbradas a organizar el trabajo en grupo, con actividades anteriores o paralelas relacionadas con el asociacionismo. Así, cuando alguien se incorpora por primera vez, la imagen que puede encontrarse es la de que las “Asambleas” son un punto de encuentro en el que ya hay unas cuantas personas que controlan el asunto, que en algún momento desconocido para el resto ya han mantenido reuniones aparte para decidir la orden del día, lo que interesa tratar o no, etc. Esas personas que, repito, se incorporan por primera vez para “curiosear”, más o menos interesadas en “lo que está pasando”, chocan, por desconocimiento, con momentos de aceleración en los que los “moderadores” tienen que ponerse “duros” para interrumpir cuando alguien se sale de lo marcado. Aguantan (y no siempre) un buen rato en el que todo lo que oyen son asuntos “ya en marcha”, votaciones sobre otros de los que no les ha dado tiempo a informarse, ni a saber por qué son parte de la orden del día, etc. Para vecinos “normalitos”, en general nada acostumbrados a la participación directa, a que se les pregunte, a que se les deje hablar, es fácil comprender que esto resulte frustrante. Yo llegué al Círculo en mitad de una Asamblea que se celebraba en un parque; era mi primera vez y estaba a punto de empezar, así que tampoco tuve oportunidad de acoplarme a las explicaciones previas “para los nuevos”, entre otras cosas porque fui yo quien se interesó y acudió y no tenía ni idea de cómo funcionaba, así que aparecí justo a la hora que la publicidad de FB indicaba. Mi interés me llevó a intervenir (siguiendo las reglas) y a insistir al final para localizar a alguien que me explicara cómo podía participar, o mantenerme informada, o formar parte. Pero he de decir, compas, que ya tengo cierta costumbre, que soy participativa por naturaleza y que, lamentablemente, la mayoría de gente a la que debemos llegar, no tiene mi perfil.
Entiendo perfectamente, porque lo he vivido con muchos de vosotros, que el tema de la Asamblea de Octubre, elaboración de documentos, presentación, etc., ha requerido mucho esfuerzo (y tiempo, que no había), pero llegado a este punto me gustaría que reflexionásemos sobre las prioridades, sin desviar el verdadero objetivo. La participación resulta imprescindible y en absoluto debe limitarse o cerrarse a aquell@s que llevan años luchando, colaborando, asociándose. Todo lo contrario. Eso del “empoderamiento” de la gente no se refiere a los que tienen clarísimo lo que significa el término; no alude, precisamente, a los que en su legítimo derecho, llegaron hasta aquí totalmente integrados en el asociacionismo y/o unidos en la lucha (que también). Se refiere, en mi opinión, a la gran mayoría “social” (que no asociada) que hasta ahora ha vivido más o menos descontenta o cabreada por cómo se hacían las cosas a sus espaldas, pero resignada o asumiendo que nadie contaría jamás con ellas para cambiarlas. Y es a esa gran mayoría a la que resulta imprescindible llegar con urgencia. Está genial eso de unirse con otros grupos “ya organizados”, pero si hasta ahora no se ha conseguido hacer fuerza por esas vías, ¿por qué seguir limitándose a ellas? ¿por qué seguir dando prioridad a “los ya confesos”? ¿Cómo vamos a conseguir organizar a las mismas – y poquísimas – personas de siempre, para que recorran los barrios de 2 municipios con unos 190.000 habitantes “tomándoles el pulso” y recogiendo en un papel cuáles son sus demandas, qué les preocupa o qué les interesa? ¿Cómo vamos a hacer eso si cada vez que se acerca alguien nuevo a una asamblea encuentra que unos cuantos han elaborado los puntos a tratar, que no hay ni tiempo para intervenir y que se trata de asuntos que más tienen que ver con la forma de organizarse un grupo ya existente que con las preocupaciones reales? De momento, la mayoría de vecinos que dan el primer paso para acudir a una asamblea, lo hacen interesados por lo que ya han oído de Podemos, no por el Círculo en sí (no hablo de activistas, de sindicalistas; hablo de los vecinos que mencionaba antes). Y, también de momento, esas personas raramente vuelven para participar. Quizá sean muchas para engrosar la lista de correo, pero en mi opinión muy pocas las que siquiera nos leen. Es mi opinión, por supuesto. Y de todas las cosas que se me ocurren, una es, por ejemplo, plantearse “asambleas” periódicas específicas y concretas más orientadas a atraer a los nuevos, y/o a los que se acercaron pero no terminan de “cuajar”. Asambleas en las que el orden del día sea único: Recoger puntos de la calle para tratar en las siguientes asambleas (me explico: no que todas sean así, sino que dediquemos, por ejemplo, una al mes). Se decide una fecha para poder disponer de sala, por ejemplo, hasta con 3 semanas de antelación; esto dará tiempo para “publicitarlo”. Si no se puede anunciar a bombo y platillo el sitio y que la gente sepa que se trata de Podemos (faena), al menos que se convoque como siempre (con lo del correo electrónico), pero dejando claro de alguna forma que el motivo de la asamblea (la reunión) será recoger las inquietudes de los vecinos (turnos de palabra, límite de tiempo, tarjetas, lo que queráis, pero que cada uno diga lo que le preocupe y aporte sus ideas (por este orden y sin escaqueos). ¿Que en la 1ª convocatoria resulta que van 2 personas, o vamos las de siempre…? No pasa nada. Y así regularmente hasta que se consiga participación y sigamos aprendiendo. Con esto no digo que no existan muchas otras formas de fomentar la participación; sólo es una idea. Si os dais cuenta, lo de abrirnos a la ciudadanía que hemos estado comentando por aquí, en general parece orientado, a quien nos lea de nuevas, a realizar acciones decididas por nosotros mismos (es decir, pocos) para conseguir que se nos vea, que se nos conozca y, claro, que se nos apoye. Y esto sacando todo el tiempo el tema de presentarse o no a unas elecciones municipales y con quién y cómo. Lo cierto es que estamos corriendo el riesgo de caer en las mismas prácticas – o parecidas – de las que se pretende huir. Unos pocos involucrados (repito, eso es bueno; sin el “tirón” y la fuerza de los que tienen las cosas claras, esto no habría sido posible), dirigiéndose como desconocidos “expertos” a los olvidados de siempre. Y he aquí nuestro verdadero trabajo como Círculo. Intentar que sea “la ciudadanía” la que arrase con su participación, la que se interese por las cosas que se pueden hacer, y las proponga, y las pregone entre sus familias, sus vecinos, sus amigos. La que al llegar a los espacios “creados” para eso, encuentre personas como ell@s mism@s, debatiendo, aportando, sumando más personas.
Pido mil disculpas por este rollo tan largo, de verdad. Al mismo tiempo, voy a crear una propuesta concreta sobre esto y le daré bastante tiempo para cerrarse, dado el agobio que tenemos con la presentación de candidatos. Espero que nadie se tome esto como “enmienda” a nada; no lo es. Mi intención es colaborar en lo posible y seguir construyendo, que ahora @Podemos