Queridos compañeros

QUERIDOS COMPAÑEROS:
La fórmula de dirigirme a vosotras y a vosotros no es en este caso ni protocolaria, ni de cortesía, responde a mi más profunda asunción de tal realidad porque así os considero, y me alegro profundamente de haberos conocido, es lo más importante o quizás casi lo único importante que he logrado después de este tiempo transcurrido en PODEMOS.
Dicho lo cual paso a dar una explicación de lo ocurrido.
PODEMOS fué creado, y nos fuimos uniendo al proyecto porque era NUESTRO, y no por mesianismo hacia Pablo Iglesias. Ellos, los que le rodean y le incomunican de las masas, de las bases, del pueblo, dicen hasta cansar que “hay que ver lo que hemos conseguido en tan poco tiempo”. Alguien de nosotros o todos nosotros, llegamos a pensar con bonhomía, que reconocían el esfuerzo colectivo, pero nada más alejado de la realidad, tan solo se referían a ellos mismos.
¿Y quiénes son estos arrogantes salvadores de España y quizás de la humanidad?
Pablo Iglesias, hombre formado intelectualmente y bien dotado en las artes oratorias y docentes (docentes y decentes, cosa rara en esta época) heredero del concepto del “noumeno” de Kant, seguidor de Marx de Engels, de Lenin, de Gramsci, y de tantos otros, vio la posibilidad de desafiar al sistema corrupto y nefasto, y que al hilo del espíritu del 15M, debía tocar a rebato y levantar un movimiento político capaz de ganarles las elecciones a la derecha más o menos unida, a la falsa izquierda domada, y poder unir a la clase obrera junto a sectores progresistas y desclasados por razón de la crisis que en ese momento (EN ESE MOMENTO) de crisis política ante la corrupción endémica, sistémica, y generalizada, y conquistar el poder por vías legales (mediante el triunfo electoral, con oportunas coaliciones), es decir ”tomar el cielo por asalto”.
Los medios de comunicación alborozados veían subir sus “share” cuando hablaba “el de la coleta”, y esto les obligaba a darle “cancha” aunque su prédica fuese incendiaria, pronto le pusieron sobre la arena del circo, perros rabiosos para que le atacasen, y él se defendiera con bravura, cosa que hacía con gran destreza, subiendo los índices de audiencia, le echaron encima una medusa, una víbora, ladrones, bufones, príncipes, meretrices y chaperos que le provocaban, y le insultaban “ Venezuela, Irán, y todo un saco de mierda”, insidias indemostrables para televidentes cerdos en bata y zapatillas.
Continuaba su sermón enardeciendo al personal, y le empaquetaron entre dos anuncios de empresas del Ibex 35. Para neutralizar o al menos intentarlo su revolucionario mensaje.
Pero él seguía, pese a todos los ataques.
Vino Vista Alegre uno y la Marcha del cambio, y aquí empezó la desgracia interna.
Los petimetres que se habían acercado a él como cofundadores (salvo dos o tres creo yo) del proyecto y que eran y son, burgueses de origen, y de hechos, dúctiles ante la carantoña, la lisonja, el galanteo, y el personalismo (como son los burgueses, insolidarios y egoístas, que no conforman una clase ni disfrutan de un intelecto colectivo, “yo, yo, yo y los demás”), se asustaron ante la presencia masiva y popular, y por tanto para ellos, INCONTROLABLE.
El primer objetivo fue y así se llevó a cabo, el aislarle (A Pablo Iglesias). No hay sede, si alguien acude que lo haga con cita previa. Por razones de seguridad “no deberías hacer esto o aquello Pablo” mejor encargárselo a una empresa externa, te van a llorar en el hombro, son agobiantes, no tienen preparación, son unos paletos y pobres obreros.
Salidas tan solo las previstas convenientemente rodeado (fotos si, con todo el mundo, pero solo fotos).
Las miles de personas que llenaron Madrid aquel 31 de Enero causaron pánico a los “apóstoles”. ¿Cómo gestionar un partido tan grande? Igual habría que contar con personas con experiencia en otras luchas y en otras organizaciones, pero eso incluía un enorme peligro. Desvirtuar el proyecto. Unos c…. Ganar las elecciones y disponer de un ejército en el que la clase obrera fuese la clase dirigente, y donde los petimetres serian meros figurantes.
Supieron ver el riesgo y lo evitaron. Círculos, Consejos Ciudadanos, Asambleas. Todo con desinterés sin visitarlos, o visitándolos con cuentagotas, porque si lo haces te recriminan su aislamiento y el despotismo con que se les trata.
Los petimetres adoctrinaban a las masas telemáticamente, por canales de correo SIN POSIBILIDAD DE RESPUESTA.
Sus adoctrinamientos carecían de “chicha” política, pero da igual eran para reforzamiento de su egos y para rivalizar con otros petimetres diciéndose entre ellos: “Yo tengo más seguidores que tú, chúpate esa”
Las sedes y los gastos centralizados en un “ama de llaves” o varias o varios (que se yo). No vaya a ser que se haga mal uso del dinero y del prestigio de la organización. Como si la organización fuesen tan solo ellos.
Censos ocultos para la organización, y en consecuencia para el trabajo diario. Podían tener los censos, esos si, La Agencia Tributaria, el Ministerio del Interior, el de Justicia, y el CNI. Daba igual porque esos eran el enemigo, lo malo es que conozcan sus propias fuerzas los propios militantes, y acaben haciendo un partido.
Así a través de una empresa externa y FUNCIONARIOS TONTOS, que tomaban pan tumaca en una planta secreta de la calle Princesa, se administraban las convocatorias, y las comunicaciones.
Es un férreo centralismo, Unos c…. Es el miedo al pueblo, al militante y al combatiente máxime si es un obrero.
Colocaron a través de sucios manejos en votaciones trucadas, o permitieron que se colaran en la organización, como en el caso de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, secretarios generales y algún concejal, putos fascistas, burócratas, “pobrecitas y pobrecitos”, seres fanatizados, o simplemente idiotas.
Por tanto, paralizaron el desarrollo del partido, lo aislaron de Pablo Iglesias y de alguna y alguno de los pocos dirigentes que tenían luces y la intención de actuar como revolucionarios. Y esclerotizaron la organización hasta asfixiarla.
Perdimos las elecciones y algo más. Nos acabamos de cargar Izquierda Unida (nosotros no, lo hicieron ellos, nosotros contemplábamos el tsunami, aislados, separados, exiliados) se empezaron a retirar valiosos compañeros y compañeras, hartos, hastiados, derrotados, desalentados. Como Eusebio Pachón “el cuerpo roto, y mi patria muerta”.
La expulsión de Julián Serrano Pernas, no es por tanto, lo más grave de lo ocurrido recientemente (con serlo para él y para los que le queremos) ni la sarta de estupideces que argumentan en su contra tres ¿juristas? del partido, y diez tontos con mayúsculas, lo más grave es el intento de cargarse un magno proyecto, y hacernos perder unas elecciones que podían haber sido, sino determinantes, si decisivas.
Algunos de vosotros permanecéis cabeceando contra el muro, no puedo criticarlo, yo también hasta hace cinco minutos creía ver un oasis a cada rato donde solo hay arena y piedras. Es tan grande la sed de justicia, que la vista nos engaña, por eso no puedo culparos de ello. Tratad eso sí, de disculparme a mí, que parto a la búsqueda de otros frentes de batalla, de proseguir la lucha, quizás de otro modo, quizás otro lugar, quien sabe.
Permanezco de momento con vosotros en la ASAMBLEA POPULAR DE SI, SE PUEDE, y en la ASOCIACIÓN TODOSANSE.
Tengo claro que el espíritu de intelecto colectivo que era PODEMOS lo hemos tenido y lo tenemos, lo compartimos y sabemos que otro dia y en otro lugar lo lograremos, que tenía yo razón cuando abomine de mi clase en el 1968, para unirme como uno más a las filas del proletariado, para desdibujar mi yo y ser con vosotros, NOSOTROS.
Más tarde o más temprano, VENCEREMOS.

Horacio.